Escasez de agua golpea barrios

Miguel Rodriguez

SANTO DOMINGO.- La reducción de 70 millones de galones de agua cada día, en Santo Domingo empieza a causar efectos en los sectores que suple la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) a través de campos de pozos y sistemas de acueductos.

Desde mediados de febrero los sectores al suroeste del gran Santo Domingo, entre los que se destacan El Cacique, Manresa, Costa Brava, Julieta, urbanización Mar Azul, Gascue, Ciudad Nueva, San Carlos, San Lázaro, La Esperilla, San Antón y el ensanche Primavera, han recibido un servicio precario que limita las labores cotidianas de las amas de casa y algunos salones de belleza.

La escasez de agua se siente también en gran parte de Honduras, San José, El Portal, Jardines

del Sur, Mata Hambre, San Gerónimo, Los Prados, Evaristo Morales, Rosmil, Luz Consuelo y otros sectores ubicados en los kilómetros de la carretera Sánchez, donde en algunos casos las familias han tenido que esperar más de una semana para disponer de agua. No obstante el caso más importante se da en la mayoría de los sectores del municipio Santo Domingo Este, donde desde principios del mes de enero el agua llega por chorritos y se va a la hora.

En el proyecto habitacional Invivienda Santo Domingo, sus pobladores informaron que llevan un mes sin recibir el servicio de agua potable, por lo que las familias que pueblan una de las manzanas más afectadas, hicieron una excavación para hacer una conexión directa de la tubería matriz y así poder llenar sus tinacos.

La crisis de agua se siente menos en sectores residenciales, porque sus pobladores tienen cisternas y cuando éstas se vacían, pagan entre RD$1,000 y RD$1,500 a una compañía para que se las llene.

Sin embargo las familias de escasos recursos se han visto en la necesidad de comprar tanques, los cuales colocan en los patios y baños de sus casas para almacenar el agua para sus quehaceres domésticos.

El día nueve del presente mes el director de la CAASD, Richard Martínez, llamó a la población a racionar el agua, porque la falta de lluvia ha provocado una merma en los caudales de las principales fuentes superficiales de abastecimiento.