martes, abril 03, 2007

Pobreza y crimen agobian Villa Liberación, Perla Antillana


SANTO DOMINGO ESTE


Miguel Rodriguez

Sumidas en la miseria, el abandono y la falta de atención de las autoridades coexisten los barrios Perla Antillana y Villa Liberación, comunidades ubicadas en Santo Domingo Este y en las cuales el auge de la delincuencia y la pobreza extrema se disputan el puesto como principal problema.

“¡Aquí no se puede entrar en la noche!, lo tiguere te atracan, te violan, te hacen de to’”, afirmó una joven, de 24 años, quien a su edad ya tiene cinco hijos ninguno de los cuales va a la escuela porque, según dijo, no encontró inscripción.

La joven, quien pidió reservas de su nombre por temor a represalias por parte de los delincuentes de la zona, manifestó que si no fuera porque su casita es propia ya se hubiera marchado del Perla Antillana.

No menor es la impotencia que dice sentir Martín William Domínguez (Caché), residente en Villa Liberación, quien sudoroso desguazaba la carrocería de un carro con un hacha para vender los pedazos de metal y “ayudarse” económicamente porque “el sueldito solo no alcanza”.

Una de las quejas más recurrentes en ambos barrios es la ineficiencia de los agentes policiales, los que, según denunciaron, realizan los operativos, atrapan los delincuentes y luego los liberan por dinero.

SILENCIADOS POR MIEDO

El auge de la delincuencia ha copado de manera tal en el barrio Perla Antillana que sus residentes prefieren no opinar cuando se les cuestiona al respecto, así lo confirmó una de las personas entrevistadas que no quiso revelar su nombre, la que se acercó a esta reportera y dijo en voz baja “la droga está acabando con este barrio y los delincuentes violan y matan”.

A pesar del temor, un grupo de cuatro motoconchistas dejaron filtrar algunos hechos como Emilio Matos (El Moña), quien al tratar de minimizar los hechos dijo que “la delincuencia ta’ un chin floja en esto días porque la Policía a veces se tira, pero lo delincuente no han dejado su atraquito entre veces, roban motores, violan mujeres…”, dijo.

Aseguró que se ven obligados a dejar de conchar a las 6:00 de la tarde “porque si el motor se lo roban hay que buscar su RD$9,000 ó RD$10,000, para recuperarlo”.

Y es que, según afirmaron, cuando un motor es robado aparece ‘uno’ que le dice al propietario “yo sé donde está el motor y te lo consigo por tanto (refiriéndose a una suma de dinero)”.

“Lo que pasa es que los ‘tigueres’ se conocen unos con otros y si uno le da los suyo, el motor aparece”, recalcó Matos quien ha pasado por esa situación en tres ocasiones.

“La luz, háblenle de la luz”, vociferó una señora a los motoconchistas desde una ventana, para denunciar que los constantes ‘apagones’ no les dan tregua y que esperan que las polvorientas calles sean asfaltadas.

Los demás residentes cerraron sus puertas y rehusaron hablar, aunque alguien vociferó “aquí la gente tiene miedo de hablar, porque los tigueres vienen después y lo abimban’”.

REDADAS

“Ellos terminan llevándose a los que no son de na’ y cuando uno llega al cuartel de El Almirante el policía que está allá, uno de apellido Tapia, dice ‘el que tenga cuarto que hable conmigo y el que no tenga cuarto que se vaya pa’ dentro’”, dijo Matos al referirse al caso de un compañero que es menor.

Denunciaron además que los apresados en redadas que son llevados al destacamento de Villa Liberación tienen que pagar al menos RD$200 para ser liberados y los que no tienen permanecen detenidos hasta el día siguiente si alguien los reclama.

VILLA LIBERACIÓN

Dentro de un panorama de miseria rampante en Villa Liberación están concentradas familias procedentes de La Zurza, Villas Agrícolas, Los Guandules, La Barquita y sus principales problemas son la delincuencia y la falta de atención por parte de las autoridades, de acuerdo con el presidente de la junta de vecinos del sector Joaquín Manzueta.

Asegura que por los hechos delictivos muchos de los jóvenes que iban a la universidad después del trabajo han tenido que dejarla por la inseguridad que representa entrar de noche al barrio, “aquí ahí muchos atracos, robos, violaciones, eso está fuerte en este lugar”.

Y es que la miseria que envuelve este barrio bordeado por edificios habitados a medio construir, dota a los delincuentes de condiciones favorables para quitar lo poco que tienen a los que pueden conseguir algún trabajo, de acuerdo con versiones recogidas en el lugar.

A cualquier hora los delincuentes hacen de las suyas, no hay hora fija para violar, matar, atracar, “imagínese lo único que hay aquí es un cuartelito dirigido por un capitán que no está dotado ni de vehículo ni de personal”, manifestó Manzueta.

MUJERES ASALTANTES

Residentes en Villa Liberación señalaron las manzanas 2122 y 2124 como los lugares donde se refugian los narcotraficantes, ocurren las explotaciones a menores, los atracos, las violaciones, “aquí se pierde cualquier cosa y tú no puedes ir a buscarla”, informaron.

“Aquí las mujeres son las que son fuertes atracando, en todas las bandas hay unas menores y mayores de edad”, sostienen.

Sobre el papel de la Policía ante una delincuencia establecida, Manzueta, afirma que el cuerpo del orden apresa a los delincuentes pero la Fiscalía los suelta, dice que para mantener a un delincuente preso y dictarle medidas de coerción tiene que ir la Junta de Vecinos y persistir.

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