martes, abril 10, 2007

Tamaury, el manatí, murió por malformaciones congénitas que afectaron sus pulmones y corazón




Miguel Rodriguez

SANTO DOMINGO.- La Secretaría de Estado de Medio Ambiente informó ayer que Tamaury, el manatí que vivió en el Acuario Nacional desde 1995, murió el pasado domingo a las 3:00 de la tarde, a causa de una enfermedad crónica que afectó órganos vitales, según el informe preliminar de la autopsia.

El director del Acuario Nacional, Enrique Pugibet, explicó que el animal empezó a manifestar signos de la enfermedad hace unos tres meses y estaba bajo tratamiento con un equipo de más de una decena de veterinarios nacionales y extranjeros, entre los que se destacan Antonio Mignucci, de la Red Caribeña de Varamiento, y otros del Miami Sea Acuarium, de Florida, y del Lowry Park Zoo, de Tampa.

Los principales síntomas que presentó Tamaury fueron falta de apetito, deshidratación, afecciones respiratorias y úlceras en la piel, los cuales empeoraron en las últimas dos semanas.

La intensa labor de los veterinarios del Acuario Nacional logró que desde el pasado jueves 5 de abril empezara a comer solo, pero pese a esta mejoría, el domingo sufrió un paro cardíaco.

Los resultados preliminares de la autopsia revelaron que padecía malformaciones congénitas, desarrollo incompleto de órganos y debilidades en su organismo que acortaron su vida e impidieron que el animal reaccionara positivamente a los múltiples tratamientos a los que fue sometido en las últimas semanas.

“El corazón era más pequeño que la mitad de lo normal en un animal de su edad y una fuerte escoliosis en la columna vertebral y atrofia en las costillas impidieron que los pulmones se desarrollaran normalmente”, explicó Pugibet.

Historia
Tamaury, el pasado 28 de marzo cumplió 12 años de haber llegado al Acuario con unas dos semanas de nacido. El manatí fue rescatado recién nacido y huérfano en el muelle de Barahona por personal del Proyecto Propescar Sur, y su nombre honró la memoria de los científicos Tammy Domínguez y Amaury Villalba, que estudiaban a los mamíferos marinos y que murieron trágicamente en un lugar cercano a donde el manatí fue rescatado.

A su llegada al Acuario Nacional Tamaury pesaba 70.5 libras y medía 70 centímetros. En la actualidad medía 2.52 metros y pesaba aproximadamente 700 libras. Su dieta diaria se basaba en zanahoria, manzana, guineo, espinaca, aguacate, tayota, tomate, remolacha, lechoza, lechuga repollada y auyama.

Con la muerte de Tamaury se pierde el único ejemplar de un manatí antillano en cautiverio y que era considerado el “Rey del Acuario Nacional”.

Es una especie en peligro de extinción de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

En el último conteo de la especie realizado por la Fundación del Mar indica que en la isla “La Española” apenas quedaban 60 ejemplares, lo que se reducen a 59 con la muerte del juguetón Tamaury.

La Secretaría de Medio Ambiente lamenta la pérdida de un animal emblemático de la fauna dominicana, que se convirtió en mascota del Acuario Nacional y en un ícono para promover la protección de la fauna marina entre niños, jóvenes y adultos.

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