martes, febrero 27, 2007

Manny es Manny



Miguel Rodriguez

NUEVA YORK.- Cuando se trata de Manny Ramírez, los Medias Rojas de Boston tienen entre manos un dilema que hasta ahora han sabido manejar con pragmatismo. Por un lado, Boston sabe muy bien lo que tiene en el jardinero izquierdo dominicano: un hombre que promedia más de 130 carreras impulsadas por año y es quizás el mejor bateador derecho en la Liga Americana. Además, nadie en su sano juicio cometería la imprudencia de desbaratar el temido 1-2 que ha conformado con David Ortiz como los bates pesados en la ofensiva de los Medias Rojas.

Pero hay otra arista y esa es la que atañe a la manera de ser de Ramírez, de quien se dice es un ser despistado, excéntrico o que vive en su propio mundo.

Quejándose de que no tiene privacidad en una ciudad que vive cada paso de su equipo con pasión extrema, Ramírez se ha aburrido de pedir que lo cambien.

En gran medida por el salario exhorbitante que devenga, los Medias Rojas nunca ha podido hacerle realidad esos deseos.

Pero hay un nuevo panorama en las mayores y su contrato de 160 millones de dólares por ocho años ya no es el impedimiento de antes.

Llegará el día en que se acabará el límite de tolerancia de la directiva y Ramírez pase a otro equipo? Por ahora, la respuesta sigue siendo no.

Y Ramírez puso su parte el lunes, al presentarse a los campos de entrenamiento con tres días de anticipación a una fecha “especial” que el club le había concedido.

Lució en buena condición física y con sus trenzas de color rojo saliéndose de la parte trasera de su gorro. El Manny jovial de siempre.

No hubo pistas de los momentos de tensión de la semana pasada, cuando se supo que Ramírez planeaba ir a Nueva Jersey para estar en una subasta de vehículos antiguos.

Boston le había dado el permiso para reportarse con unos días de retraso a la fecha oficial, y así poder acompañar a su madre, Onelcida, que se recupera de una operación.

Casi seguido, los Medias Rojas trataron de ponerle buena cara a una situación delicada que se desactivó una vez que los representantes de Ramírez confirmaron que el quisqueyano no iba a presentarse a la subasta. “Estos son los Medias Rojas”, dijo el manager Terry Francona. “Ya estamos bien acostumbrados a estas situaciones”.

El año pasado, Ramírez generó ciertos roces en la parte final de la temporada, al jugar en apenas 11 juegos en las últimas semanas debido a una lesión en la rodilla derecha. Varios columnistas en Boston aseguraron que la lesión no era seria y que simplemente dejó de jugar una vez que el equipo quedó fuera de contienda.

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